Cómo enseñar a los niños a mantener el orden en casa.

Cuando logras poner en orden tu hogar, también logras poner en orden tus asuntos y tu pasado. Como resultado, obtienes una visión más clara de lo que necesitas en tu vida y lo que no, así como de las acciones que debes emprender y las que debes evitar.

Si te encuentras en la situación de limpiar tu espacio solo para que vuelva al caos poco tiempo después, ¿qué puedes hacer al respecto?

Cuando la organización no perdura, el problema no radica en la habitación o en tus pertenencias, sino en tu mentalidad. A pesar de haber sentido una inicial inspiración, mantener la motivación se torna complicado y tus esfuerzos se desvanecen. Esto se debe a que quizás no estés empleando el enfoque adecuado. El proceso correcto involucra: eliminar lo innecesario, tomar decisiones sobre dónde ubicar los objetos, limpiar, visualizar, adoptar la disciplina y establecer hábitos sólidos.

Una razón importante para el fracaso en nuestros intentos de organización es la acumulación de demasiadas cosas. ¿Cómo determinar qué debemos desechar?

Aborda una categoría a la vez. Reunir todos los objetos similares en un solo lugar es esencial, ya que te proporciona una imagen precisa de la cantidad de cosas que posees. Esto facilita la eliminación de lo superfluo y te ayuda a decidir dónde colocar lo que decides conservar.

Generalmente, se asume que la organización es una habilidad innata que no requiere ser enseñada, sino que se adquiere naturalmente. A diferencia de las recetas de cocina y las tradiciones culinarias que se transmiten de generación en generación, rara vez escuchamos de la transmisión de secretos familiares de organización, incluso dentro de una misma familia.

¿Recuerdas tu infancia? A pesar de que muchos de nosotros éramos reprendidos por no mantener nuestras habitaciones ordenadas, ¿Cuántos de nuestros padres nos brindaron una educación consciente sobre cómo organizarnos?

Enseñar a los niños a recoger, organizar y limpiar no debe ser visto como un castigo, sino como una oportunidad para aprender y divertirse. Aquí tienes algunos consejos útiles para inculcar hábitos de orden y limpieza en los niños, desde los más pequeños hasta los adolescentes:

  1. Establece un ejemplo: Los niños aprenden observando a los adultos. Si ven que tú mantienes el orden y la limpieza, es más probable que sigan tu ejemplo.
  2. Hazlo divertido: Transforma la tarea en un juego. Crea competencias amigables para ver quién puede recoger más rápido o utiliza música alegre para animar el proceso.
  3. Asigna responsabilidades: Asigna tareas específicas a cada niño según su edad y habilidades. Esto les da un sentido de responsabilidad y logro.
  4. Elogios: Reconoce y elogia sus esfuerzos.
  5. Establece rutinas: Incorpora el orden y la limpieza en la rutina diaria. Por ejemplo, después de jugar, pide a los niños que guarden sus juguetes antes de cenar.
  6. Simplifica: Enséñales a donar o desechar cosas que ya no necesitan. Esto les ayudará a mantener un espacio ordenado y a aprender sobre la importancia de la generosidad.
  7. Involúcralos en la toma de decisiones: Cuando reorganices una habitación o espacio compartido, consulta sus opiniones y permitles tomar decisiones sobre la organización.
  8. Etiquetas y colores: Usa etiquetas y colores para ayudar a los niños a identificar dónde deben colocar sus pertenencias. Esto facilita el proceso de organización.
  9. Fomenta la responsabilidad personal: Enséñales a ser responsables de sus pertenencias. Por ejemplo, si pierden un juguete, explícales que deben buscarlo antes de recibir otro.
  10. Paciencia y consistencia: El aprendizaje lleva tiempo, así que sé paciente. Mantén la consistencia en las expectativas y rutinas para que los hábitos de orden perduren.

Recuerda que enseñar a los niños a ser organizados y limpios no solo beneficia su entorno actual, sino que también les brinda habilidades valiosas para toda la vida. Además recuerda que los primeros años de vida es cuando adquirimos hábitos para toda la vida.