Interacción Responsiva | De cero a tres

Interacción Oportuna

Un vínculo seguro hoy es un mundo de posibilidades mañana.

¿Qué es el programa de Interacción Oportuna?

Promovemos el desarrollo de niños y niñas de 0 a 6 años mediante sesiones lúdicas multisensoriales, presenciales o virtuales, que fomentan una salud relacional y prácticas de crianza seguras.

Nuestro modelo busca que los madres, padres o cuidadores desarrollen competencias para una parentalidad positiva por lo que también brindamos talleres y asesorías personalizadas que acompañan a los cuidadores en su desarrollo personal y familiar.

¿Qué incluye el programa de Interacción Oportuna?

Sesiones lúdicas y multisensoriales donde participan los niños y niñas con sus cuidadores
Talleres mensuales virtuales sobre parentalidad positiva
Evaluación del Desarrollo Infantil (EDI)
Evaluación de Competencias Parentales (E2P)
Asesorías personalizadas de crianza
Acompañamiento psicológico (opcional)
Campañas de salud (vacunación, nutrición, tamizaje de talla y peso, etc.)
Grupos virtuales de WhatsApp de difusión de contenido y contención emocional

¿Qué beneficios tiene el programa de Interacción Oportuna?

Niños y niñas

Desarrollan habilidades clave en lo emocional, social, motor y cognitivo desde los primeros años.
Fortalecen su autoestima y capacidad de relacionarse con confianza y seguridad.
Se sienten vistos, cuidados y protegidos, lo que promueve un apego seguro.
Tienen mejores herramientas para regular sus emociones y enfrentar el estrés de manera saludable.

Familias

Aprenden estrategias prácticas para criar con respeto, sin violencia y con más empatía.
Refuerzan el vínculo afectivo con sus hijas e hijos, incluso en momentos de estrés.
Descubren que no están solas: forman parte de una comunidad que les escucha y acompaña.
Identifican señales tempranas de alerta en el desarrollo infantil y saben a dónde acudir si necesitan apoyo.

Sociedad

Se fortalecen entornos más seguros, empáticos y protectores para la infancia.
Se reducen los ciclos de violencia y abandono desde la raíz: en la vida familiar.
Se invierte en el desarrollo humano desde los primeros años, con beneficios a largo plazo en salud, educación y cohesión social.
Se construyen comunidades más resilientes, donde cuidar a los niños es una responsabilidad compartida.