Errores comunes que cometemos en la crianza respetuosa.

«La crianza respetuosa es cultivar una relación basada en la confianza, el amor y la comunicación abierta con nuestros hijos.» – Janet Lansbury

La crianza respetuosa es un enfoque basado en el respeto y la empatía hacia los niños, fomentando un ambiente de amor y comprensión en el que puedan crecer y desarrollarse de manera saludable. Sin embargo, aunque muchos padres se esfuerzan por criar a sus hijos de esta manera, es posible cometer errores que pueden afectar negativamente el proceso. En este artículo, exploraremos algunos de los errores comunes que a veces cometemos en la crianza respetuosa y cómo podemos corregirlos para brindar un ambiente aún más positivo y enriquecedor para nuestros hijos.

  1. Ignorar las emociones de los niños:

Uno de los pilares fundamentales de la crianza respetuosa es el reconocimiento y la validación de las emociones de los niños. A veces, los padres pueden estar ocupados o distraídos y no prestar la debida atención a las emociones de sus hijos. Ignorar sus sentimientos puede hacer que los niños se sientan incomprendidos o no valorados. En lugar de eso, es importante tomarse el tiempo para escuchar activamente a los niños, validar sus emociones y ofrecerles apoyo y consuelo cuando sea necesario.

  1. Imponer autoridad sin explicación:

Es normal que los padres establezcan límites y normas para sus hijos, pero hacerlo sin explicar el razonamiento detrás de estas reglas puede generar confusión y resistencia. En la crianza respetuosa, es crucial involucrar a los niños en el proceso de establecimiento de límites, explicarles por qué ciertas reglas son importantes y escuchar sus opiniones al respecto. Esto les ayuda a desarrollar una comprensión más profunda de las normas y promueve una relación de respeto mutuo.

  1. Utilizar el castigo en lugar de la disciplina positiva:

Recurrir al castigo físico o emocional puede ser perjudicial para el bienestar emocional de los niños y dañar la confianza en la relación con los padres. En lugar de castigar, es preferible utilizar la disciplina positiva, que se basa en el entendimiento, la comunicación y la búsqueda de soluciones en conjunto. Fomentar la resolución de conflictos de manera respetuosa y enseñar habilidades de autorregulación ayudará a los niños a aprender y crecer de manera más constructiva.

  1. No ser coherente con los límites:

La inconsistencia en la aplicación de límites puede confundir a los niños y hacer que se sientan inseguros. Es esencial ser coherente y claro con las reglas establecidas para que los niños sepan qué esperar y puedan confiar en el entorno que los rodea. La coherencia también muestra a los niños que los padres están comprometidos con las normas y valores que se han establecido juntos.

  1. No cuidar del autocuidado como padres:

A veces, los padres se enfocan tanto en cuidar de sus hijos que descuidan su propio bienestar físico y emocional. La crianza respetuosa también incluye cuidar de uno mismo para poder ser modelos a seguir saludables para los niños. Tomarse tiempo para descansar, buscar apoyo y equilibrar las responsabilidades parentales con actividades que generen satisfacción personal es fundamental para mantener un ambiente armonioso y positivo en el hogar.

La crianza respetuosa es un viaje de aprendizaje y crecimiento tanto para los padres como para los hijos. Cometer errores es parte del proceso, pero es importante estar dispuestos a reconocerlos y hacer cambios para mejorar la relación con nuestros hijos y promover un ambiente más amoroso, comprensivo y respetuoso. Al ser conscientes de estos errores comunes y trabajar en superarlos, podemos criar a nuestros hijos de una manera que les permita florecer y desarrollar todo su potencial.

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¿Cómo establecer límites saludables con mi hijos? Una perspectiva de Daniel Siegel y Tina Payne B.