Lectura de cuentos como parte del manejo del duelo en los niños.

“El niño necesita que se le dé la oportunidad de comprenderse a sí mismo en este mundo complejo con el que tiene que aprender a enfrentarse, precisamente porque su vida, a menudo, le desconcierta. Para poder hacer eso, debemos ayudar al niño a que extraiga un sentido coherente del tumulto de sus sentimientos… El niño encuentra este tipo de significado a través de los cuentos de hadas”.  B. Bettelheim

¿Qué es el duelo? El duelo es un proceso emocional que se vive cuando se sufre algún tipo de pérdida, es normal y necesario para la adaptación.

Muchas veces los adultos pensamos que los menores, sobre todo los más pequeños, no se dan cuenta de lo que sucede tras una pérdida, creemos o necesitamos creer que son demasiado pequeños para poder entender lo sucedido, o que si lo entienden no lo viven con la misma intensidad que los adultos.

Los casos de duelo en niños son mucho más frecuentes de lo que se piensa y no sólo porque los niños se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor, sino porque la infancia, como cualquier etapa evolutiva, implica una sucesión de pérdidas y duelos a elaborar. En general, cada nueva etapa del desarrollo evolutivo del niño supone una pérdida o separación mayor de la dependencia de sus cuidadores, así como una pérdida del estatus y los modelos de relación alcanzados hasta ese momento de su desarrollo. Estos cambios en la condición de ser y estar del niño se denominan transiciones psicosociales y tanto el bebé, como el niño o el adolescente las viven como verdaderos duelos. El destete, la bipedestación, la entrada en el colegio, los cambios corporales o los cambios en las relaciones con los padres o con los iguales implican una transformación y un proceso de duelo a elaborar

El duelo es un proceso que necesita un reconocimiento social. A la persona que está en duelo le resulta de gran ayuda recibir el apoyo y la compañía de sus seres queridos. Como parte de ese apoyo podemos aprovechar uno de los muchos beneficios de la lectura de cuentos que es el favorecer el vínculo afectivo entre cuidador y niño.

Una adecuada elaboración del duelo está estrechamente vinculada a los medios de contención emocional que pueda ofrecer el entorno (cuidadores), así como a las capacidades individuales de las que uno disponga. Cuanto más pequeño sea el niño, más importancia toma el entorno y la capacidad de apoyo y recursos que éste pueda ofrecerle en el proceso de duelo: comprender, contener y acompañar a los niños en duelo es esencial para que la vivencia de este no les deje vulnerables y les perjudique en su desarrollo.

La primera duda que surge cuando nos enfrentamos a un menor que ha perdido a alguien es si debemos o no decirle LA VERDAD. La respuesta a esta duda es clara: TANTO LOS NIÑOS COMO LOS ADOLESCENTES DEBEN SABER SIEMPRE LA VERDAD de lo sucedido, pero esta verdad debe abordarse en función de la capacidad cognitiva y emocional que el niño posea para poder comprenderla e integrarla. Hay que explicar la muerte en términos reales, atendiendo fundamentalmente a lo que tiene de irreversible, definitiva y de fin de las funciones vitales. Para los niños más pequeños puede ser de gran ayuda explicarles estos conceptos poniendo como ejemplo la muerte de algún animal que ellos mismos hayan presenciado.

A diferencia de los adultos, los menores expresan sus emociones utilizando unos registros diferentes. Su pena tiende a expresarse más con el cuerpo y el comportamiento que con la palabra. El juego, el dibujo y los cuentos son el medio de expresión natural de los más pequeños. Por ello, debemos estar atentos, acompañar y animar a los niños a que dibujen, jueguen o inventen historias, porque estas serán sus herramientas para tratar de comprender y elaborar su duelo.

¿Por qué los cuentos son una buena herramienta para trabajar el duelo? Porque hablan de los fuertes impulsos internos de un modo que el niño puede comprender inconscientemente, y —sin quitar importancia a las graves luchas internas que comporta el crecimiento— ofrecen ejemplos de soluciones, temporales y permanentes, a las dificultades apremiantes.

El cuento de hadas proporciona seguridad, da esperanzas respecto al futuro y mantiene la promesa de un final feliz. Por esta razón, Lewis Carroll lo llamó un «regalo de amor».

Existen muchos cuentos para trabajar el duelo, algunos tocan temas específicos dentro de éste (p. ej. la pérdida de algún abuelo, enfermedades en cuidadores, el cambio de casa, etc.). A continuación, enlistamos algunos títulos para trabajar la muerte y el duelo con los niños:

  • El árbol de los recuerdos. Britta Teckentrup. Editorial Nube Ocho.

  •  El corazón y la botella. Oliver Jeffers

  • No es fácil pequeña ardilla. Elisa Ramón. Editorial Kalandraka.

 Si tiene alguna duda acerca de algún libro, tema específico o edad sugerida, no dude en dejar su comentario, con gusto le contestaremos.

Información tomada de:

  • Explícame que ha pasado. Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños. Fundación Mario Losantos del Campo.

Texto original en: http://www.asociaciongwi9525.org/doc/guia-duelo-i  nfantil.pdf

  • Bettelheim, B. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Barcelona, España. Crítica.