¿Cuándo empieza la preparación para la escuela? ¡Al nacer!

Las investigaciones sobre el desarrollo y crecimiento en la primera infancia destacan la importancia de la preparación de los más pequeños para el éxito en la escuela y en la vida. Esta preparación abarca el conjunto de competencias lingüísticas, cognitivas, sociales y emocionales que deben fomentarse para que los niños y niñas puedan hacer la transición a la escuela formal y aprovechar óptimamente las experiencias de aprendizaje.

Con el apoyo de sus padres, abuelos o cuidadores primarios, los niños adquieren las habilidades, conocimientos y la disposición necesaria para el éxito en la escuela y en la vida. Los estudios científicos demuestran que el cerebro constituye la base del aprendizaje. Todo empieza cuando los adultos establecen vínculos afectivos estables con los niños pequeños en un entorno seguro. El cerebro en desarrollo se fortalece a base de cariño, atención, sonrisas que les permita sentirse seguros y protegidos.

0 a 1 años

Las rutinas diarias.

Luca, un bebé de tres meses inicia una ¨conversación¨ con su mamá mientras le cambia el pañal. Le hace gestos y balbucea y la mamá le responde de igual manera. Esas ¨conversaciones¨ para interactuar y hacerlo sentir querido y correspondido. Imagínese, ¿Cuántas interacciones pueden darle en un solo día, en un cambio de pañal? ¿Y si le sumamos las otras rutinas diarias?

1 a 2 años

A practicar el SERVIR Y DEVOLVER, como en el tenis.

Juan, de 16 meses, le da su peluche a su abuelo. Él le dice ¨¡Gracias!¨ Unos momentos después el niño estira la mano y dice ¨a- ta¨ y el abuelo de lo devuelve. Este juego de ¨Saque y devolución¨ se repite varias veces. Al seguirle el juego lo alentara a seguir interactuando y reforzara su vínculo afectivo con él.

2 a 3 años

Su base segura

Ale, de tres años, se desliza por la resbaladilla. Cuando cae a la arena, corre con su papá. Aunque ya es más independiente, busca a su papá porque le da un sentido de seguridad y se puede comunicar con él. Estos vínculos seguros construyen el cimiento de todo el aprendizaje posterior.

3 a 4 años

Su apoyo en el juego

Cuando María, de 42 meses, le pide un curita a su maestra porque ve llorar a su amigo, estará demostrando empatía.  Cuando un adulto, en este caso la maestra, le responde a su pedido y le pone atención, le ayudará a sentirse competente. Nada motiva más el aprendizaje que el sentido de competencia y confianza en sí mismo.

4 a 5 años

Responde a sus preguntas

A esta edad los niños dependen todavía de los adultos para encontrarle sentido al mundo que observan. Al regreso del paseo, Ximena, le pregunta a su mamá, ¿Por qué no salió la luna esta noche? Ella le dice, ¨porque esta nublado pero sigue ahí¨

Las interacciones positivas con sus niños ayudan a fortalecer el cerebro, con lo cual estarán mejor preparados para aprender en la escuela y al salir de ella.

Fuente: www.thezerotothree