Estrategias para favorecer la resiliencia en los niños.

La resiliencia es la combinación de interacciones responsivas con la construcción de habilidades adaptativas y experiencias positivas.

¿Cómo enfrentan los niños aquellos eventos difíciles que cambian su vida? ¿Cómo reaccionan a eventos traumáticos como la muerte de un ser querido, una enfermedad difícil y otras situaciones catastróficas? Las familias actuales, especialmente nuestros hijos, están bajo un enorme estrés que podría deteriorar su salud física y su bienestar psicológico.

Para generar resiliencia se requieren interacciones de calidad.

 

Capacidades de la resiliencia

– La habilidad de la persona para adaptarse satisfactoriamente a traumas y estrés tóxico que amenazan su función o desarrollo.

– Evitar comportamiento destructivo y cambios fisiológicos en respuesta al estrés crónico.

– Aprovechar los recursos para sostener bienestar.

– Recuperar el funcionamiento positivo después de una situación de amenaza.

– Tomar consciencia de tu grado de vulnerabilidad ante la adversidad

La resiliencia protege

A nivel biológico, la resiliencia protege al cerebro en desarrollo y otros órganos del exceso de cortisol, generado por estrés tóxico.

El desarrollo infantil es como una balanza con dos lados. La diferencia en el desarrollo, es que debemos cargar más el lado de las interacciones positivas.

Interacciones positivas

Las interacciones positivas como las relaciones de apoyo, las oportunidades de desarrollo de habilidades y la práctica frente a desafíos manejables, pueden ayudar a inclinar la balanza hacia el otro para que el estrés tóxico sea tolerable.

 

 

Interacciones tóxicas

Las experiencias que pueden generar estrés tóxico, como la exposición repetida o crónica al descuido, la violencia o maltrato, se acumulan en el lado negativo de la balanza.

En situaciones adversas, el desarrollo puede inclinarse hacia el lado positivo si los padres y otros cuidadores brindan una respuesta afectiva constante y si las comunidades proporcionan recursos y apoyos que fortalezcan las capacidades de las familias y faciliten relaciones de protección.

Aprender a hacer frente a las amenazas es fundamental para nuestro bienestar físico y social y para el desarrollo de la resiliencia.

Estrategias para favorecer la resiliencia

Ofrece relaciones de apoyo entre niños y adultos

– Establece una relación de confianza en la que él se sienta seguro

– Juega con tu hijo

 

Facilita un sentido de autosuficiencia y control

– Permite que haga las cosas por sí mismo

– Permite que tu hijo participe en las labores del hogar

– Reconoce sus éxitos

Provee oportunidades para fortalecer habilidades adaptativas y de autorregulación

– Jueguen a moverse con música y en los silencios quedarse quietos

– Retrasa un momento la gratificación. Conforme más grande el niño, más tiempo puede esperar

Comparte recursos de fe, esperanza y tradiciones culturales

– Comparte fe y esperanza en la vida y conserva tus tradiciones culturales

– Sé propositivo ante la adversidad y enfócate en los aprendizajes ante el error