Sueño saludable

El ciclo de sueño en bebés y niños pequeños es diferente al de los adultos, sus patrones de sueño son impredecibles e inestables pero, a medida que crecen, sus hábitos de sueño maduran con ellos y se regularizan con el tiempo. Para establecer ritmos de sueño saludable en la infancia, los niños requieren del apoyo de sus padres para que les provean las condiciones adecuadas de higiene del sueño. A partir de los seis meses es necesario instaurar ritmos de sueño con una duración adecuada y brindar un espacio físico cálido sin luz, ruido o distractores que alteren al bebé mientras duerme.

Cuando el sueño es de corta duración o de mala calidad, los niños están irritables y cansados, lloran más, por tanto es más difícil llevar a cabo las técnicas efectivas para calmar. Los padres de familia deben de procurar el descanso que requieren sus hijos de acuerdo con su edad como lo muestra la siguiente tabla.

Como parte de las cualidades receptivas y sensibles deseables en los padres de familia o cuidadores principales, es importante aquella que tiene en cuenta las señales de sueño del niño como: tallarse los ojos, rascarse las orejas, cabecear o estar irritable. Para este caso, se deben de facilitar las condiciones necesarias para que el niño tenga un periodo de siesta, pues esto lo ayudará a reconocer sus propias sensaciones y necesidades, establecer ritmos y, por lo tanto, a autorregularse. Por otra parte, cuando un niño menor de seis meses se encuentra in- quieto o irritado no se deben de ofrecer inmediatamente alimentos para tratar de tranquilizarlo, primero se deben de utilizar técnicas para calmar y verificar si el niño presenta otras señales de sueño.

Por último, si se detecta que el niño se encuentra cansado y somnoliento durante el día, a pesar de haber dormido suficientes horas durante la noche y siestas en el día, acuda a un médico o clínica para descartar algún problema de salud.