Orden interior y orden exterior.

Cuando pones tu casa en orden, también pones en orden tus asuntos y tu pasado. Como resultado, puedes ver con claridad lo que necesitas en tu vida y lo que no, lo que debes hacer y lo que no. 

La conciencia y la perspectiva de una persona sobre su propio estilo de vida es mucho más importante que cualquier habilidad para clasificar, y almacenar.

El orden depende de valores personales sobre cómo desea uno vivir. 

La mayoría de las personas prefieren vivir en un espacio limpio y ordenado. Cualquiera que haya organizado su espacio, incluso una sola vez, habrá deseado conservarlo así. Pero muchos no creen que esto sea posible. Prueban varias maneras de organizar solo para descubrir que regresan a su “normalidad”.  

La organización no es algo que necesite aprenderse, se adquiere por naturaleza. Las habilidades y recetas de cocina se transmiten como tradiciones familiares de la abuela a la madre y a las hijas, sin embargo, nunca se ha oído que alguien transmita los secretos familiares de organización, ni siquiera dentro de una misma familia. 

¿Recuerdas tu niñez?

Seguramente a la mayoría de nosotros nos regañaron por no limpiar nuestra habitación, pero ¿Cuántos de nuestros padres nos enseñaron conscientemente a organizar tu entorno como parte de nuestra crianza?

La gente no cambia de hábitos si primero no cambia su manera de pensar. cuando la gente vuelve al desorden sin importar cuánto haya organizado, lo que necesita revisar, no es su habitación, ni sus pertenencias, sino su manera de pensar. No busques la perfección. Empieza lento y desecha solo un objeto al día. Decidir si tirar algo o no y decidir dónde ponerlo. Mucha gente siente la necesidad de limpiar cuándo está bajo presión, pero esta urgencia no ocurre porque quieran ordenar su habitación, ocurre porque necesitan poner en orden “algo más”. 

Cuando tu habitación está limpia y organizada no te queda más opción que examinar tu estado interior. Puedes ver cualquier problema que hayas evitado en el pasado y te obligas a enfrentarlo. 

La organización debe empezar por la eliminación. Necesitamos ejercer el autocontrol y resistirnos a guardar nuestras cosas hasta que hayamos terminado. Para de identificar lo que en verdad queremos y necesitamos conservar. 

Una razón importante del fracaso de nuestros intentos de organización es que tenemos demasiadas cosas. Este exceso es causado por nuestro desconocimiento de cuantas cosas tenemos en realidad. 

Si guardamos las mismas cosas en varios lugares de la casa y nos ponemos a organizar cada lugar por separado, nunca podremos conocer el volumen total, por lo tanto, nunca terminaremos. Para romper esta espiral negativa, organiza por categorías, no por lugar. 

La organización afectiva implica solo dos acciones esenciales: eliminar cosas y decidir donde guardarlas. De estas dos, la eliminación va primero. Este principio no cambia, el resto depende del nivel de organización que quieras alcanzar. 

Si confiamos en nuestras decisiones y nos lanzamos con entusiasmo a la acción de organizar sin dudas, lograremos mucho más. Entre más pronto confrontemos nuestras posiciones, mejor. Si vas a poner orden interior y orden exterior, hazlo ahora. 

 

Marie Kondo . (Nov, 2014). La magia del orden . Japón : PENGUIN RANDOM HOUSE GRUPO EDITORIAL, S.A DE C.V .