El nacimiento de una nueva mujer y el espejo de emociones para su hijo

Ser madre es la labor de mayor responsabilidad que pueda haber. Ni la liberación femenina, ni la equidad de género, ni la crianza en guarderías pueden eliminar el gran impacto que la madre tiene en el hijo y la importancia en la crianza. La mayor parte de los psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas hablan del papel de la madre en el desarrollo del ser humano. Por tal causa no puede hacer a un lado la gran influencia que tiene el rol que desempeñan las mujeres, parcial o totalmente. Y este rol no es únicamente social. Viene determinado por el lugar donde el hijo crece y su procedencia de la madre misma.

Por ende, la salud emocional de las madres se tiene que cuidar diariamente ya que al ser madres es muy fácil olvidar que al nacer un niño también nace una nueva mujer con todas las virtudes que eso implica. La manera en que se manejan las emociones, las que se expresan, las que no se expresan y cómo se ven a sí mismas es parte de lo que, psicoanalistas como Bion, “considera como el papel de la madre como continente” de las emociones de su hijo(a) y su capacidad para pensar y digerir lo que le pasa.” (Figueroa, La teoría del pensamiento de Wilfred Bion: aportaciones clínicas y derivaciones teóricas, 2018 ) Dicho en términos técnicos bionianos a la capacidad de la madre de devolverle al bebe su experiencia emocional sin metabolizar (elementos beta) en forma de pensamientos adecuados para ser contenidos y pensados por él (elementos alfa), Bion le llama capacidad de reveriè (del francés, ensueño). Hace alusión estado mental requerido en la madre para estar en sintonía con las necesidades del bebé. Si la madre falla en esta sintonía, es decir, si es incapaz de metabolizar la experiencia emocional y la devuelve en forma elementos beta (incapacidad de reveriè), entonces la madre puede producir un bebe psicótico. Una madre incapaz de contener la experiencia emocional de su bebe, dejando perdido en el aire el contenido proyectado por éste, puede dar lugar a un bebé autista, o a la inicial formación esquizoide de carácter.

No se trata de asustarnos, pues las madres no son perfectas. Pero como dice otro profesional de la salud mental, Winnicott, “basta con ser una madre suficientemente buena. Afirma la superación del apego entre la madre y el hijo es parte del desarrollo del self o lo que soy y cómo me percibo, así como la capacidad de volverme más auténtico, individualizarme”. (Dorrey*, 2012) La madre debe prestarse al estrecho vínculo y poco a poco irlo exponiendo a ser más independiente, a retrasar el acudir a él y a romper esa sensación de omnipotencia que tienen los bebés que con sólo llorar consiguen todo.

Y si bien, como dice John Bowlby, gran exponente y fundador de la teoría del apego, existe una necesidad humana universal de formar vínculos afectivos estrechos. Y que esto se evidencia en el comportamiento del apego se da en las crías de casi todas las especies de mamíferos. La regla general es el mantenimiento de la proximidad por parte de un animal inmaduro a un adulto preferido, casi siempre la madre. Es fundamental que la madre esté tan disponible para este apego, para luego irlo reduciendo hasta convertirlo en el amor libre e incondicional que todos debíamos poder ofrecer a los demás. En resumen, una madre tiene impacto en nuestra capacidad para apegarnos a quienes nos importan y darle cobijo hasta el ser capaces de soltarlos sin angustiarnos, pudiéndolos interiorizar a través del amor verdadero.

Lo importante a resaltar en este artículo no es lo que cada psicólogo, psiquiatra, psicoanalista o psicoterapeuta ha teorizado acerca del importantísimo papel de la madre, sino que reconozcamos que como madres tenemos un gran impacto en la formación del género humano y que no podemos refugiarnos en falsos feminismos e ignorar este hecho.

Formamos la mente, capacitamos para digerir emociones, somos el objeto de deseo primordial de todo ser humano simplemente por el hecho biológico de ser portadoras de la vida y gestantes, por el vínculo especial de amor, cariño y liga emocional con nuestros hijos.

Ser mamá tiene un gran impacto en la vida por ello es importante trabajar primero en el bienestar emocional como mujer, para poder aprender a cuidar de quien cuida.

 

Bibliografía

Dorrey*, R. C. (2012). La teoría de la agresividad. México : Perfiles Educativos.

Figueroa, V. R. (2018 ). La teoría del pensamiento de Wilfred Bion: aportaciones clínicas y derivaciones teóricas. Centro Elia , 2.