¿Qué es la inflamación? ¿Y por qué es importante para el desarrollo infantil temprano?

La inflamación es una parte crítica de la respuesta del sistema inmunitario a los invasores y las amenazas; permite que nuestro organismo ataque las infecciones y cure el daño que causan. La inflamación también puede ser provocada por otras experiencias, como presenciar acontecimientos traumáticos o atravesar circunstancias estresantes, y esta respuesta ayuda a nuestro organismo a reaccionar y sobrevivir a esas experiencias.

Sin embargo, si nuestro organismo sufre un estrés constante, esto puede dar lugar a una inflamación excesiva. Si nuestros órganos están en constante contacto con sustancias inflamatorias, pueden dañarse con el tiempo. Si esos sistemas de órganos todavía están en desarrollo, como lo están en la primera infancia, el estado de activación constante puede hacer que se adapten de manera que tengan impactos a lo largo de la vida. Así es como la inflamación crónica nos puede poner en un mayor riesgo de padecer afecciones tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes, asma e incluso depresión y demencia.

La inflamación crónica también puede suponer un mayor riesgo para las personas que se infectan con COVID-19. Muchas de las afecciones que dificultan la lucha del organismo contra la COVID-19 (como cardiopatías, diabetes y asma) están relacionadas con la inflamación crónica, lo que puede atribuirse a experiencias adversas de la primera infancia o incluso de la etapa prenatal.

Afortunadamente, hay cosas que podemos hacer para apoyar a los niños pequeños y a sus padres, desde el período prenatal hasta los primeros años de vida, que pueden ayudar a prevenir la inflamación crónica y reducir el riesgo de padecer las afecciones de por vida que esta puede causar. La reducción de las fuentes de estrés que sufren las familias y el apoyo a los programas que mejoran el bienestar de todos los ciudadanos pueden ayudar a nuestra sociedad a beneficiarse en los años venideros.