Tiempo en pantallas
El uso de Pantallas por parte de los niños y adolescentes es de gran preocupación por parte de los padres. Sin duda la tecnología y los dispositivos son herramientas importantes para el desarrollo del niño, pero ¿no pasan muchas horas delante de la pantalla?
El número de mensajes intercambiados en los grupos de niños de WhatsApp ahora es 5 veces mayor, y en el caso de los adolescentes de más de 13 años, la cifra se eleva a 7,5 veces más que antes de comenzar la crisis. [1]
Pasar demasiado tiempo frente a la pantalla para los niños pequeños puede causar daños permanentes en sus cerebros, los cuales todavía están en desarrollo. La capacidad de concentrarse, prestar atención, sentir las actitudes y comunicarse pueden verse perjudicadas.
Los niños menores de dos años no deben de pasar ningún tiempo delante de las pantallas aunque ahora se reconoce que nos encontramos en una situación completamente diferente.[2]
El tiempo frente a la pantalla debe reemplazarse por más tiempo para la interacción, la actividad física, el sueño y descanso de los niños. [3]
Los problemas con las pantallas:
Debemos recordar que el tiempo de juego no estructurado es más valioso para el desarrollo del cerebro de un niño pequeño que los medios electrónicos. Los niños menores de 2 años tienen más probabilidades de aprender y recordar información de una presentación en vivo que de un video.
A la edad de 2 años, los niños pueden beneficiarse de algunos tipos de tiempo frente a la pantalla, como los programas con música, movimiento e historias. Al ver juntos, puedes ayudar a tu hijo a entender lo que está viendo y aplicarlo en la vida real. Sin embargo, el tiempo de pantalla pasivo no debe reemplazar la lectura, el juego o la resolución de problemas.
A medida que los niños crecen, debemos de tener en cuenta que demasiado tiempo frente a la pantalla o tiempo de mala calidad se ha asociado a lo siguientes problemas:
- Pasividad. La utilización de estos aparatos fomenta la pasividad en los niños, reduciendo su actividad física e impidiendo el desarrollo de la portentosa capacidad imaginativa de la infancia. Asimismo, quita tiempo para interactuar con otras personas, y para algo tan importante como es el juego, esencial para el desarrollo de la inteligencia, el aprendizaje y las habilidades sociales.
- Hiperactividad. Como efecto rebote, el exceso de estimulación que el niño recibe a través de los programas, al no encontrar una salida a través del ejercicio físico, contribuye a aumentar los problemas de nerviosismo y necesidad de movimiento.
- Problemas de sueño. Está demostrado que muchas horas de pantalla provoca problemas durante la noche, como pesadillas y despertares nocturnos, especialmente cuando la televisión y las consolas están en la habitación de los niños.
- Lenguaje y lectura. Las pantallas compiten directamente con la conversación y la lectura, lo que dificulta la adquisición del lenguaje y la comprensión de los textos, empeorando el rendimiento escolar a largo plazo. Esto es especialmente relevante cuando la televisión encendida y los aparatos tecnológicos presiden las comidas familiares, sustituyendo la conversación y la interacción con la familia.
- Agresividad. Hay estudios que demuestran que la violencia y agresividad de muchos programas de televisión y juegos de consolas se asocian a comportamientos antisociales y agresivos.
Sin olvidar problemas de obesidad por estar tanto tiempo sin actividad física, así como problemas cognitivos y visuales.
La psicóloga clínica de Harvard y consultora escolar, Catherine Steiner-Adair (autora de The Big Disconnect: Protecting Childhood and Family Relationships in the Digital Age) ha estudiado el impacto de la tecnología digital en el desarrollo del cerebro infantil.
El cerebro de un bebé está programado para aprender el lenguaje, las emociones y cómo regularlas. Steiner cree que no hay un papel clave que la tecnología pueda jugar en la vida de un bebé de menos de dos años.
Los padres taiwaneses ahora están legalmente obligados a controlar el tiempo de pantalla de sus hijos. El gobierno taiwanés puede llegar a imponer multas de hasta 1.000 € a los padres de menores de 18 años que usan dispositivos electrónicos por períodos prolongados.
La famosa psicóloga Steiner-Adair descubrió que los bebés mostraban signos de angustia cuando buscaban una conexión con los padres y descubrían que la tecnología los mantenía distraídos. El 70 % de los niños opina que sus padres pasan demasiado tiempo con la tecnología.
El Dr. Peter Whybrow, director de neurociencia de la UCLA, llama a las pantallas «cocaína electrónica» y en China los investigadores la etiquetan como «heroína digital».
«La dopamina se produce cuando vemos algo interesante o nuevo, pero también tiene una segunda función. La dopamina también es el neuroquímico involucrado en la mayoría de las adicciones: es el componente químico que recompensa».
«Existe la preocupación entre los neurocientíficos de que ésta dopamina producida todos los días durante muchos años, por ejemplo, jugando a juegos en primera persona, puede modificar los estímulos del cerebro de un niño y hacerlos más dependientes de la pantalla”, advierte Sigman.
Recomendaciones de horas exposición de niños en pantallas
Según la Academia Americana de Pediatría, el «screen time» o tiempo de pantallas en niños son las siguientes:
0 – 2 años: Nada de pantallas
2 – 5 años: Entre media y una hora al día
7 – 12 años: una hora con un adulto delante. Nunca en horas de comidas
12 – 15 años: Una hora y media. Mucho cuidado con las redes sociales
+ de 16 años: Dos horas. Los dormitorios no deben tener pantallas
Lo más importante es que las pantallas no interfieran en la vida normal de los niños, el tiempo en familia, el ejercicio o las horas de sueño.
No debemos permitir que televisores, ordenadores o cualquier dispositivo con pantalla entre al dormitorio de un niño. Sigman relata que ha hablado con muchos padres que se han arrepentido de permitir pantallas y consolas en las habitaciones. De permitirlo, estarás arriesgando la salud cognitiva y física de tu hijo.
Establecer reglas
- Los padres somos los encargados de idear protocolos de tiempo de uso de dispositivos y menos de pantallas para nuestros hijos. Para lograrlo es necesario crear zonas libres de dispositivos en los hogares, fomentar las cenas sin TV y guardarlos en momentos de conversación.
- No tratemos de apagar la televisión, la tableta o el ordenador sin argumentos. Debemos explicar a nuestros hijos por qué está limitando el tiempo frente a la pantalla. Discutamos con ellos los beneficios para su salud, la importancia de reducir el tiempo de uso de la pantalla.
- Los niños razonarán mejor si interpretan los peligros asociados de pasar tantas horas delante de la pantalla. La tecnología es una herramienta para el aprendizaje, no el fin en sí mismo.
Función del rol parental
¿Alguna vez te sorprendieron consultando tu correo o usando tu teléfono móvil? Tratemos de evitar usarlos mientras nos comunicamos con ellos por importante que resulte lo que estás haciendo. Esto ayudará a establecer empatía y también será un buen ejemplo para nuestros hijos.
Los padres somos el modelo a seguir y debemos servir de ejemplo. Del mismo modo, tratemos de evitar el uso de la televisión durante las comidas, especialmente durante estos días que se realizan más tareas en casa todos juntos.
En conclusión, las pantallas no son buenas para la salud de los niños y si hoy en día es necesario que pasen más horas frente a la pantalla, como padres debemos de ayudar a nuestros niños a tener un equilibrio. No olvidar los momentos de calidad, conversar con nuestros hijos, promover el juego no estructurado y más en estos momentos de pandemia, solo usar los aparatos tecnológicos para lo esencial es decir para las clases virtuales.
“Nuestros hijos son nuestro mayor tesoro”
[1] PC World Alfonso Casas
[2] Best Seller “Your baby and child”
[3] OMS (Organización Mundial de la Salud
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